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La APM en los cursos de Mariñán

En el seno de los cursos de la Escuela de Verano del Poder Judicial se celebró, en el Pazo de Mariñán (A Coruña) los pasados 6 al 8 de julio el que tuvo por título «Qué Justicia desean los jueces españoles». El interés de la materia se vio correspondido con la variedad de ponencias y de participantes en las distintas sesiones a lo largo de las cuales transcurrieron las jornadas, la última de las cuales consistió en una mesa redonda bajo el lema «¿Qué reivindican los jueces españoles?». Las intervenciones de la mesa corrieron a cargo de los representantes de las Asociaciones Judiciales.
No es difícil suponer que existió un alto nivel de consenso en los contenidos expuestos. El catálogo de ideas que vienen a resumir qué deseamos los Jueces españoles para la Justicia es desde hace tiempo coincidente en gran medida. En cualquier caso, como destacó el Director de la Escuela de Verano, el Vocal del Consejo General del Poder Judicial Juan Manuel Fernández, ese conjunto de reivindicaciones y sugerencias solo tiene una finalidad: poder brindar a la sociedad española una Justicia mejor, pues no son otros que los ciudadanos los destinatarios de la función jurisdiccional, y tienen derecho a ver satisfechas sus legítimas pretensiones de acuerdo con una tutela que –como expresamente proclama la Constitución- sea real y efectiva.

Por parte del representante de la APM, Celso Rodríguez Padrón, se abrió el turno de exposiciones preguntándose por qué razón, después de tantos años seguimos demandando una serie de mejoras que van integrando, a medida que pasa el tiempo, una serie ya clásica y deficientemente atendida. La respuesta podría cifrarse en una conclusión: la Justicia es un ámbito políticamente irrelevante; no representa una preocupación en la sociedad, y por ello, a la vista de los bajos índices porcentuales de opinión que la ven como un problema, ningún partido político le ha otorgado el rango de preferencia en las acciones de Estado. Otros asuntos como el paro, las pensiones, la marcha de la economía, la sanidad, la corrupción… sí representan verdaderas preocupaciones según los constantes barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas. De ahí que a estos campos se le otorgue una atención de la que la Justicia carece; entre otras razones, porque determinan la tendencia electoral.

Las intervenciones que se sucedieron coincidían –desde diversos prismas- en que la Justicia que desean los jueces españoles pasa por dos coordinadas esenciales: independencia y eficacia. A partir de aquí, podemos desplegar un catálogo tan nutrido como interrelacional, cuyo desarrollo ni se agota en un curso ni cabe tampoco en un resumen informativo como es éste.

Por citar tan sólo los temas centrales, y de forma sintética:

1. Un modelo de carrera definido (estatuto, especialización, progresión…)
2. Una planta judicial acorde con las necesidades socioeconómicas actuales (redefinición de la oficina judicial, tribunales de instancia, cargas de trabajo, salud profesional, módulos…)
3. Dignidad y respeto para la función judicial
4. Un plan de inversión a medio y largo plazo que se enmarque en un acuerdo político estable entre las diferentes fuerzas políticas.
5. Una coordinación eficaz de competencias entre las distintas instituciones.
6. Unos medios materiales modernos y tecnológicamente adecuados, que faciliten el ejercicio de la jurisdicción en términos de eficacia real, no solamente nominal.
7. La elección judicial de los Vocales judiciales del Consejo General del Poder Judicial, una vez constatada la creciente desafección hacia este órgano que ha provocado el sistema exclusivamente parlamentario.
8. Una actualización de las leyes a la realidad material y procesal de nuestros días.
9. La adopción sin demora de las medidas que aseguren tanto la salud profesional como la conciliación de la vida laboral y familiar.
10. Por qué, no decirlo: un sistema retributivo adecuado a la función judicial.

Se puso de manifiesto también que alcanzar estas metas, o cuando menos lograr avances tangibles en su desarrollo, no es una tarea que pueda verse realizada a corto plazo. Pensemos, a título de ejemplo, en la incorporación a la carrera judicial del número de jueces necesario. Todo esto no se improvisa. De ahí la urgencia en hacer llegar nuestra voz a los responsables políticos para recordarles, como tantas otras veces hemos hecho, y seguiremos haciendo, el carácter imprescindible de dotar a la Justicia de la importancia que merece en un verdadero Estado de democrático de Derecho.

Pazo de Mariñán, 8 de julio de 2016.