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In memoriam Pedro San Pastor Ortiz (1938-2016)

Los ideólogos de la Constitución norteamericana revivieron el concepto de generación que identificaron con la edad de Jesús y lo hicieron para explicar que la siguiente generación podría no entenderse vinculada por aquella Constitución y proceder, por tanto, a su reforma. El concepto hizo mella en España, tanto en 1898 como en 1927, para identificar a sendas generaciones de escritores coincidentes en tiempo y, en parte, en sus preocupaciones y forma de expresarlas.

Retomo el concepto de generación para hacer justicia con una generación olvidada de españoles, aquella que nació en los años treinta y que hubo de abrirse camino en la posguerra. A pesar de la manifiesta escasez de todo lo que hoy para nosotros es normal o incluso está asegurado, lo lograron.

A esa generación perteneció Pedro San Pastor Ortiz, que nació en 1938 en un pueblo de La Mancha llamado Villarrubia de Los Ojos, muy cerca de Daimiel y término municipal en el que se sitúan los Ojos del Guadiana. Estudió en los marianistas de Ciudad Real en régimen de internado, y con denodado esfuerzo personal y familiar logró acabar la carrera de Derecho que hubo de repartir entre varias Facultades, las de Granada, Zaragoza y Madrid, consecuencia también de la itinerancia familiar y del servicio militar.

En la España de los 60 el ingreso en el servicio público era, sin género de duda, la opción más factible para, y retomamos la expresión, abrirse camino, y Pedro San Pastor, que tenía las capacidades para ello, tomó el de hacer oposiciones al cuerpo de Secretarios Judiciales comenzando si largo recorrido de destinos por un pueblo de la provincia de Badajoz, Guareña, cercano Mérida y conocido por ser el origen del castuo. Pasó por Viso del Marqués, en Ciudad Real, por la segoviana Riaza, por Tomelloso, por Barcelona, y por Badajoz hasta llegar en el 78 a Madrid, primero al Juzgado de Distrito 11, luego al Registro Civil Único y por fin al de Instrucción 32, en el que cesó el 14 de junio de 1990 al ingresar en la carrera judicial.

No pocos magistrados con los que había colaborado le animaron a dar el salto y cumplir un sueño, su sueño. Finalmente decidió tomar parte en las pruebas de acceso a la judicatura por el llamado cuarto turno. No eran ni son pocos los críticos del sistema pero no es menos cierto que el mismo se legitimó al facilitar el ingreso de juristas como Pedro San Pastor que, en el inicio de su vida profesional, en razón de las urgencias y circunstancias de aquella generación, no pudieron plantearse aquella empresa. Tras la Ley Orgánica del 85 se abrió la oportunidad añorada. Su ingreso en la carrera judicial, como el de otros compañeros secretarios, enriqueció notablemente está por su preparación teórica y práctica y su entregada vocación a lo que llamamos «hacer justicia» en el caso concreto.
Desde su ingreso en 1990 a la carrera judicial y hasta mediados de 1997 Pedro San Pastor prestó servicios en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá de Henares, de donde pasó al Juzgado de Primera Instancia num. 63 de Madrid y después de Instrucción número 19 también de la capital hasta su jubilación. Durante varios años compatibilizó su cargo con la actividad docente en la Facultad de Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares.

Pedro San Pastor falleció el día que cumplía 78 años, el 29 de junio de 2016. Había sufrido no pocas enfermedades durante su vida y no pudo superar la última por más que deseaba aferrarse a la vida con su mujer y sus dos hijas, una de ellas magistrada, y sus tres nietos. Fue siempre, y sobre todo, un hombre familiar, íntimamente apegado a su familia, que constituía su núcleo vital. Pero fue también un hombre del derecho, reflexivo y prudente, respetado por los profesionales y querido por sus compañeros. Descanse para siempre en paz.

Enrique Arnaldo Alcubilla