Comparte

Author

apmnacional

Share

“Burrocracia española”.-Por Luis Angel Gollonet Teruel

Burrocracia española.

            Pepe, quinto viceportavoz adjunto, estaba estrenando zapatos esa mañana. Le había ayudado a elegirlos su hija pelirroja, quejosa de que a pesar del puesto que tenía su padre, apenas salía en la tele, por la absurda regla de que los distintos portavoces del Gobierno tuvieran carácter rotatorio, de tal forma que cada semana había uno distinto, hasta que salían los veintisiete, y volvían a empezar por el primero.

            Pero ese era su día semestral de gloria, y no lo iba a desaprovechar, pues iba a hacer un anuncio que lo llevaría a la popularidad. Le había costado mucho trabajo convencer a la Subcomisión de Seguimiento del Viceministerio Segundo de la necesidad de que, dentro del plan trienal de la Dirección General de Asuntos Económicos, hubiera un plan subtrienal, con cargo a la Secretaría Primera del Ministerio de Hacienda, que incluyese ayudas de cien euros anuales a los autónomos.

            Es más, él mismo había diseñado el proceso de verificación de requisitos, para lo cual había creado la Subcomisión de Verificación de Requisitos de Ayudas Subtrienales dependiente de la Comisión de Verificación de Requisitos de las Ayudas Trienales, previo informe del Comité de Expertos Independientes para las ayudas a los autónomos, creado ad hoc. Incluso, como toque personal, en su afán de agilización administrativa, había reducido el plazo de presentación de solicitudes de 15 días a dos semanas, lo que fue muy aplaudido en el partido.

            No fue un camino fácil, pues el Consejo de Estado había informado al Ministerio de Economía de que debía reunirse la Comisión de Asuntos Bilaterales antes de que se iniciase el proceso de aprobación de ayudas, y la Federación Provincial de Federaciones Provinciales había intentado evitar la reunión de la Comisión al plantear un conflicto de competencias.

            Y claro, la resolución del Ministerio de Economía no podía ser transmitida al Ministerio de Hacienda en tanto en cuanto el Órgano de Resolución de Conflictos Interministeriales no emitiera informe, previo informe de la Comisión de Informes, que a su vez había delegado su emisión en la Subcomisión de Informes de los Informes.

            Lo cual, por otro lado, había quedado supeditado a que la Federación de Municipios y Autonomías, en su Asamblea anual, no plantease otro conflicto, previa audiencia a los sindicatos y organizaciones empresariales más representativas, conflicto que finalmente no se planteó.

            Paco, autónomo de toda la vida, zapatero desde los dieciséis años, al ver el anuncio de Pepe, pensó que a lo mejor podía pedir la ayuda de cien euros anuales, a pesar de que era algo contrario a sus ideales, ya que entendía que las subvenciones y ayudas se pagaban con los impuestos de los autónomos, por lo que para pagar las subvenciones había que subir los impuestos, lo que haría necesarias más subvenciones, que harían subir más los impuestos. Y todo eso sin contar el coste de gestión.

            Pero, a fin de cuentas, como decía Paca, su mujer, si los demás piden la ayuda, por qué no iba a pedirla él.

            Así que Paco se imprimió las instrucciones simplificadas del Boletín Oficial, donde en apenas cien folios se exponía el proceso abreviado de petición de las ayudas estatales dentro del plan quinquenal de ayudas estatales.

            Era loable el afán de simplificación del Gobierno, que no solo explicaba en qué consistían las ayudas, sino que había elaborado un díptico y un vídeo resumen, con la ayuda del prestigioso Instituto Público de Dípticos, Trípticos, Cuadrípticos, Folletos y Vídeos Resumen, en colaboración con la Academia de Resúmenes y Simplificación de la Información Pública, donde se resumían los requisitos de las ayudas en las Disposiciones Finales duodecies, terdecies, quaterdecies, quinquiesdecies y sexidecies, esta última, eso sí, por remisión a la Orden Septiesdecies del Cuadro Anual de Órdenes e Instrucciones de Tramitación de las Solicitudes Individuales de Personas Físicas a la Administración Estatal. Por lo que al final hubo que imprimir otros noventa y siete folios, pero a Paco no le importó, porque como buen empresario entendía que tales costes no impedían que siguiera siendo rentable solicitar la ayuda.

            Aplicado todo el domingo, Paco fue rellenando el formulario de solicitud de la ayuda, el impreso de protección de datos, la hoja de impacto ambiental, la declaración responsable, el registro de antecedentes penales, la ficha de buen ciudadano, y la comunicación de datos fiscales.

            A lo que adjuntó certificado bancario de su número de cuenta, declaración jurada de no concurrir causa de incompatibilidad con la ayuda solicitada, declaración responsable de abono de la tasa por importe de 6 euros por solicitud de ayuda que se devolvía si se abonaba la ayuda, certificado de estar al corriente con la Seguridad Social, con Hacienda, con el Ayuntamiento, con la Diputación, con los consorcios provinciales, con el área metropolitana, con la Unión Europea y con la Comunidad Autónoma y sus organismos autónomos, certificados que había que solicitado a cada una de tales instituciones por separado, y copia sellada del informe del Departamento de Cambio Climático, Depuraciones, Residuos Inteligentes, Progreso y Resiliencia Transparente que acreditaba no tener pendiente el pago de ninguna tasa de basuras o ecológica.

            También adjuntó a la solicitud la Memoria, la Cuenta Anual, el Balance, la escritura pública de la empresa, y la inscripción registral mercantil de la cuenta de pérdidas y ganancias y del estado de flujos en efectivo, entre otros documentos.

            Adjuntó fotocopia de su Documento Nacional de Identidad y del pasaporte, que no lo pedía expresamente ninguna de las setenta y siete reglas simplificadas del proceso abreviado de solicitud, pero por experiencia sabía que era mejor aportarlo.

            Seguía vigente en aquel entonces la opción de presentar la solicitud simplificada en papel o por internet, en virtud del régimen provisional transitorio de la disposición transitoria quincuagésimo nona de una Orden Inter-Ministerial y Vicepresidencial aprobada en la Quinta Conferencia Sectorial de las Reuniones Anuales de Subcomisiones de Asuntos de Coordinación.

            Pero Paco, héroe moderno, curtido en trámites burocráticos, veterano de varios proyectos de modernización y simplificación administrativa, era sabedor de que había que ir tanto por internet como en papel; por si acaso. Y cumplimentó preventivamente la solicitud por ambas vías.

            Colapsada la página web, luego en tareas de mantenimiento, nuevamente colapsada, incompatible con el navegador, precisa de una actualización del sistema, caducado el certificado electrónico, cerrándose la página, luchando contra pop-ups y elementos emergentes, documentos en pdf no aceptados pues debían ir en word, y viceversa, presentación denegada por no comprimir archivos y superar 10mb,  y tras varios mensajes en inglés, not found, error 404, y otras cosas que no entendía, sin un teléfono al que llamar, Paco intentó serenarse, y decidió acudir a la cita previa, que menos mal que pidió, para presentar la solicitud con la documentación adjunta, cita que la Administración le dio justo el último día del plazo en que se podía solicitar la ayuda.

            A las diez y cuarto de la mañana, al volver del desayuno el funcionario competente (un decir), le dijo que el horario de presentación de las solicitudes de los planes trienales o quinquenales de ayudas estatales para el fomento del emprendimiento sostenible terminaba a las diez de la mañana. Y que por él no habría problema, pero que el ordenador no le dejaba admitir la solicitud.  

            Paco no quiso escuchar la frase que intuía que iba a decir el funcionario, así que estaba ya de espaldas y casi llegando a la puerta de salida cuando sonó contra su voluntad:

            ¡Vuelva usted mañana! Pero antes de las diez.

            Menos mal, pensó Paco mientras intentaba reprimir una repentina agresividad, que dos semanas antes de iniciar el proceso de petición de la ayuda había visto llegar en un imponente coche oficial a un político con su hija pelirroja, y le había cobrado cien euros de más por unos zapatos. 

Luis Angel Gollonet Teruel – Magistrado Sala Contencioso-Administrativo TSJ Granada